Ciclismo

Mar Hernández: «La bicicleta me está ayudando a vencer el cáncer de mama»

Mar Hernández

Con motivo del Día mundial contra el cáncer de mama, celebrado este miércoles 19 de octubre, queremos que conozcáis la historia de Mar Hernández, mujer que ha superado dos tumores gracias al ciclismo.

«Las mujeres enfermas tienen que hacer deporte a diario y exigente. Es mágico. Lo más fácil es tomar un medicamento, pero el ejercicio te ayuda física y psicológicamente. El deporte es una actividad integradora. Cuando yo salía disfrazada de ciclista ninguno de mis compañeros de ruta sabía si estaba en tratamiento o no. Normaliza tu situación y no estás todo el día preocupada por el hospital, los médicos, lo mal que estás… Para mí ha sido una oportunidad de cambio. Estoy saliendo reforzada. Soy mejor persona que antes. La bicicleta me está ayudando a vencer al cáncer», afirma Mar Hernández, a la que detectaron cáncer de mama con 36 años.

«Tienen que salir a hacer ejercicio diario»

Como ella misma reconoce, no hacía nada de deporte antes de la enfermedad porque estaba centrada en su trabajo como escultora y en la docencia. «Me regalaron por mi cumpleaños una bici en 2006, pero salía solo los domingos de vez en cuando. En marzo de 2007 me hice mi primera mamografía antes de lo recomendado (40 años) porque tenía antecedentes familiares y me detectaron un tumor en la mama derecha. Me volví contra todo el mundo y para canalizar esa rabia empiezo a montar en bici, pero a tope. Me sirvió para canalizar el dolor y, además, salía muy mal de ánimo y regresaba mucho mejor», recuerda Mar, natural de Sabadell.

Dos operaciones y un tratamiento de radioterapia después, reconoce un cambio dentro de ella y vuelve a coger la bici. «Fumaba y lo dejé, pero también empiezo a cuidar la alimentación con una dieta vegetariana y ecológica, y la bicicleta se convierte en una compañera inseparable. En 2011 entrenaba cinco días a la semana y hacía rutas de más de 100 km y de 2.000 metros de desnivel acumulado».

Mar Hernández

En marzo de 2012, le detectan una recaída. «Supe encajar la noticia más rápido y mejor que la primera vez porque el entrenamiento y el ciclismo me habían enseñado a reponerme, a sufrir para lograr un objetivo, a sacrificarme. Mi actitud fue mejor y más proactiva».

Le quitaron las dos mamas -la izquierda por precaución- y durante las ocho semanas siguientes de quimio estuvo pedaleando. «Aunque mi médico me lo desaconsejó porque el cuerpo se queda casi sin defensas, podía deshidratarme, caerme…, a los dos o tres días estaba en la estética y a los 15, con la bici de carretera. Lo cierto es que me a mí me ayudó a sobrellevarlo. Me tomaba la quimioterapia como una carrera de resistencia, después de la cual estaría dos o tres días mal, pero tenía que estar preparada para la siguiente sesión», comenta Mar Hernández, quien en abril de 2013 ya participó en el Monegros Bike Marathon, recibiendo el premio Orbea al Afán de superación.

«Mi pareja perdió mi rueda. Ocurre mucho»

Cuando estaba inmersa en la reconstrucción estética de sus glándulas mamarias, en 2013, tocó fondo: «Me sentí perdida. No sabía qué hacer con mi vida después de que me separara de mi pareja. Como yo digo, perdió mi rueda. Esto ocurre mucho a las mujeres con cáncer de mama. Cuando tienen que volver con sus parejas a la intimidad, no pueden porque la otra persona se bloquea y te rechaza. Entonces, me pregunté: ¿ahora que no tienes nada, qué es lo que te va a hacer salir? Y me contesté que la bici nunca me había fallado y que desde siempre había querido hacer algo grande con ella, así que participé en la Gaes Titan Desert by Garmin -carrera de resistencia en varios días por el desierto de Marruecos- de 2015 y también en la de 2016 con el equipo Cofidis/Orbea. No he podido ser finisher, así que tendré que volver para acabar la Titan Desert», asegura Mar Hernández.

Exposición fotográfica

Pero además del deporte, y como consecuencia de su formación artística, una exposición fotográfica de Mar está girando por España desde 2014. Este viernes 21 de octubre, Identidad esculpida llega a la sala de exposiciones de la oficina de turismo de Torre del Mar, en Málaga.

Expo Mar Hernández

 

«Las fotos son de Jordi Serra y la dirección artística, de Helena Pielias. El objeto soy yo. El mensaje que quiero transmitir es de belleza. Después de toda la radioterapia, quimioterapia y las cirugías es posible la recomposición estética. La exposición está dividida en tres bloques: la enfermedad, la bicicleta como recurso y la recuperación de la feminidad. Esto último es de lo más difícil porque los tratamientos no favorecen, te provocan una menopausia química y muchos más cambios en el cuerpo importantísimos. Tiene que haber un período de adaptación y tú tienes que hacer, pero la pareja también», comenta la deportista y escultura, ahora también modelo fotográfica.

Además, gracias a la Fundación Rincón, Mar Hernandez ofrecerá el sábado 22 de octubre una conferencia junto con la proyección del documental Latidos de la Titan, protagonizada por la propia deportista en su participación en la carrera.

Proyecto científico para 2017

A raíz de su experiencia, Mar Hernández también quiere poner en marcha un proyecto que una deporte y oncología. «El problema que yo me he encontrado es que nadie me ha ayudado, lo he hecho yo sola. No hay estudios sobre cómo puede ayudar a tu cuerpo el ejercicio físico intenso durante el tratamiento oncológico. Mi sistema inmunológico se fortaleció, me ayudaba a eliminar medicamentos, toxinas, anestesias y el hígado, que sufre mucho, estaba ‘espectacularmente bien’, según los médicos. El deporte me activaba el cuerpo, a pesar de que a los doctores les cueste mucho reconocerlo. Ellos prefieren estadísticas a comprobar lo que le sienta bien al paciente y eso es lo que hay que cambiar».

«El cáncer me hizo descubrir la bici y la bici, me descubrió la vida»

Y para qué esperar a que lo haga otro, esta sabadellense se ha propuesto para 2017 formar un equipo de especialistas para hacer un estudio oncológico, en colaboración con hospitales y con ella como conejillo de indias: «A mí, el cáncer me hizo descubrir la bici y la bici, me descubrió la vida. Lo importante es mejorar la vida de las personas», señala.

A Mar Hernández, de 46 años, le queda uno y medio de tratamiento con pastillas -algo así como quimio oral- para recibir el alta médica. «Las últimas revisiones van bien, pero nunca se sabe», dice. Mientras tanto seguirá luchando subida en una bicicleta seis días a la semana. El otro, para descansar, recuperar y coger fuerzas.

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