La mallorquina de 24 años Inmaculada Zanoguera, Campeona de Europa de baloncesto sub 20 con España y ex jugadora de la liga universitaria estadounidense NCAA, ha encontrado sus raíces saharauis ganando el Sahara Marathon 2018.
¿Qué te hizo correr esta carrera solidaria, el Sahara Marathon?
Es difícil de explicar… Yo sabía que había sido adoptada con tres años por una familia española de Mallorca con mis hermanos Adrián (32 años) y Aisha (29), pero nunca había preguntado mucho, la verdad. Pero hace dos años, mi hermana me enseñó un papel en el que estaban escritas tres líneas: el nombre de mi madre, su fecha de nacimiento y su nacionalidad: el Sáhara Occidental. Entonces, sentí que tenía que hacer algo. Investigando por internet sobre la historia, la cultura y el conflicto del pueblo saharaui llegué a la web del Sahara Marathon y me pareció la mejor forma de entrar en contacto por primera vez con mis orígenes.
¿Qué les sucedió a tus padres biológicos?
Tuvieron que huir de su tierra, de su país, el Sáhara Occidental debido a la guerra con Marruecos en 1975 y, por suerte, uno de mis abuelos trabajaba para el Gobierno español y recibieron asilo en España. Los tres hermanos nacimos en España, pero por circunstancias que todavía no sé, mis padres nos tuvieron que dar en adopción.
Y llegas a los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) y te impones en la prueba femenina (con un tiempo de 3h48:11)…
Pues sí, es el primer maratón que corro en mi vida y lo gano. ¡Y encima aquí! Anteriormente, sólo había disputado una media maratón el verano pasado y, a finales de año, otra carrera de 10 kilómetros. El destino ha querido unir el deporte con mis raíces.
¿Qué ha sido lo más duro de la carrera?
A nivel físico, es durísima. La combinación de calor, viento, terreno duro y algunas dunas la hace muy, muy dura. A nivel emocional, es diferente. Sólo con apuntarte, ya dice algo de la persona. La motivación no es sólo deportiva. Es más cosa del alma. Cuando las piernas no me daban ya y creía que me moría del dolor de espalda que sufro por una hernia, el recuerdo de una madre que no conocí me empujó hasta la victoria.
¿Qué sintió Inmaculada Zanoguera al cruzar la línea de meta?
Gratitud y poder devolverle algo al pueblo saharaui. Ganar este maratón supone que el mundo sepa la situación que sufren los refugiados desde hace 42 años. Me resulta difícil poder explicar a alguien que no ha estado aquí las terribles condiciones en las que viven y, a pesar de todo, son tremendamente generosos, te dan todo, hasta lo que ellos no tienen. Para darle todavía más repercusión he estado grabando un documental con la cineasta canadiense Michelle-Andrea Girouard, que se llamará ‘Running Home’.
¿Qué te has encontrado en los campamentos?
No te lo puedo explicar con una sola emoción. Es una mezcla de muchas. Primero, cuando llegamos, llevaba tanto tiempo esperando este viaje, que una vez puse el pie en Tinduf, me sentí aliviada. Una vez aquí, todo ha sido extrañamente fácil. La situación es difícil de ver, pero todos los saharauis que he conocido son amables, con una vitalidad enorme. Te toca la fibra. Es mágico. Estoy emocionada.
¿Has podido encontrar algún familiar?
La salida de mi familia, de sus padres y de sus hermanos fue muy abrupta y se perdieron muchísimas personas y muchos documentos. Un hermano de mi madre me está ayudando, pero hay muy poca información y su madre está muy mayor. No se acuerda mucho y es algo que no quiere recordar. Seguiré investigando hasta dar con alguno de ellos, eso seguro.
¿Cómo se soluciona el conflicto?
Con solidaridad, información y educación. Cuando educas a la gente, la gente se mueve. Espero que el documental, ‘Running Home’ contribuya a ello. Está basado en mi experiencia de una semana conviviendo con los refugiados saharauis, pero habla de su lucha y de su resistencia pacífica. Además, hemos recaudado más de 1.200 euros para destinarlos a proyectos solidarios.
¿Qué te dijo tu familia adoptiva?
Eso fue también muy duro porque yo no había hablado nunca de este tema con mi madre, Magdalena, ni mi padre, Tomeu, y un día les digo que sabía que mi madre biológica era saharaui y que me iba al Sahara Marathon. Se portaron de 10 desde el primer momento, me apoyaron y se sintieron orgullosos. De hecho, mi madre me comentó que se vendría conmigo, pero al final no pudo ser.
¿Volverás?
No lo sé. Me dejo llevar mucho por lo que siento en el momento y lo que tenga que pasar, pasará. Pero sí te digo una cosa, no me tomo las cosas a la ligera y seguiré buscando mis orígenes.
Para terminar, cuéntanos tu historia como jugadora de baloncesto.
Jugué 15 años de mi vida. Era mi vida y gané el Europeo sub 20 con la selección española en 2013. Cuando llegué a la Universidad de Toledo (Ohio) tuve la mejor experiencia deportiva que se pude tener y también la académica porque estudié Comunicación y Administración de Empresas. Desde que comencé a jugar en los EE UU fui la persona más feliz del mundo. Jugaba muchos minutos, me lo tomaba muy en serio, quizás demasiado, y creo que me quemé. Después, firmé un contrato profesional en Italia, jugué 3 meses y mi cuerpo me dijo basta con la hernia. Era 2016 y decidí que había acabado y que debía hacer algo más. Me apetecía estudiar un máster y volver a América, y en el verano de 2017 regresé. Hasta este próximo mayo estaré allí, haciendo un Máster en Inglés. Una vez acabe, volveré a España y, después, ya veré. Me gusta dejarme fluir. Por ahora, me va bien.
