Virginia Sánchez desvela esta semana en su columna de psicología y deporte lo potente que puede ser el uso de la música entre los deportistas para motivarlos, tranquilizarlos o hacer grupo.
Desde pequeñitos, convivimos con la música. Nos acompaña a lo largo de nuestra vida, nuestros gustos musicales van cambiando, vivimos momentos importantes marcados por determinadas canciones… y sería muy difícil encontrar a alguien que alguna vez no se haya sentido diferentes emociones gracias a ésta.
No te olvides de los cascos en tu bolsa
Su poder es impresionante y lo mejor es que la música está al alcance de todos y puede ser una herramienta para mejorar el rendimiento. Las utilidades que se le pueden dar a la música son múltiples.
Aquí nos conformaremos con ver cuatro de ellas, al menos para comenzar a ser conscientes de lo potente que puede ser este instrumento.
1- Para un extra de fuerza
Todos, absolutamente todos, en algún momento hemos escuchado alguna canción que nos ha hecho levantarnos y venirnos arriba, todos conocemos esa sensación. Si realizas algún deporte, quizás ese subidón que nos aporta determinada música sea justo el que necesitas antes de una competición para salir enchufado, puede que una determinada canción nos ponga en el nivel de activación justo para competir al máximo rendimiento. Así que es muy fácil…no te olvides de los cascos en tu bolsa.
2- ¿Ansiedad precompetitiva?
Quizás, en tu caso, la competición te genere una ansiedad más elevada de la cuenta que tengas que manejar antes de saltar al campo, a la pista, al tapiz, a la cancha… Para eso la música también tiene solución, porque amansa a las fieras, dicen. En tu caso sólo tendrás que escoger las canciones siguiendo otros criterios, ya que lo que mejor te va a venir antes de competir, será escuchar canciones que te aporten calma, que te transporten (mentalmente) a algún lugar tranquilo y que disminuya tu nivel de activación.
‘Eye of the Tiger’ de Rocky se ha convertido en un himno deportivo
3- ¿Eres entrenador?
Hay canciones que llegan tan adentro, independientemente de los gustos musicales de cada uno, que se pueden usar como un arma de motivación grupal potentísima. Las bandas sonoras de determinadas películas son muy buenas para esto, por ejemplo, la famosísima ‘Eye of the Tiger’, de Rocky, o las bandas sonoras de Piratas del Caribe o de Requiem for a Dream son algunas de ellas. Haz que tu equipo las relacione con algún momento importante de lucha, esfuerzo y compañerismo y conviértelas en vuestro himno. A partir de ahí solo el hecho de escuchar las primeras notas harán que tus chicos o chicas tengan un extra de motivación.
4- Para dar un paso más…
Aunque no os lo creáis, hay canciones muy útiles para mejorar determinada técnica de carrera, de lanzamientos, de saltos, etc. Haciendo un buen uso de determinadas canciones, pueden ser unas geniales herramientas para marcar movimientos, golpes de fuerza y ritmo para que los deportistas aprendan o mejoren determinadas técnicas. Esta utilidad requiere algo más de esfuerzo y preparación, pero dedicándole tiempo puedes obtener una forma muy eficiente y diferente para entrenar técnica.
