Yolanda Matarranz no es profesional y, a pesar de ello, es la mejor jugadora de petanca del mundo como atestiguan sus títulos mundiales individual y por equipos con la selección española en 2015. Sus éxitos destierran de raíz dos estereotipos que acotan este deporte: es para hombres y para abuelos.
«Me pone de mala leche que digan que la petanca es solo para abueletes y viejetes», afirma la actual campeona individual del mundo y por equipos, Yolanda Matarranz. «Para la gente que se baja al parque a jugar es un hobby. Para mí es un deporte y entreno todos los días. Algunas amigas me decían que estaba loca, pero cuando les animo a que me vean jugar por internet, se quedan sorprendidas y les engancha. El gran problema de la petanca es el desconocimiento».
Otro tópico que desmonta Matarranz es el de que es un deporte solo de hombres: «Juegan menos mujeres, pero cada vez somos más y también más niños y niñas. En realidad, en la petanca femenina estamos mucho mejor que en la masculina, a nivel de títulos».
Empezó a jugar con 11 años
en el parque de su barrio, en Aluche
Yolanda Matarranz empezó a jugar a los 11 años en el parque Arias Navarro de su barrio, en Aluche (Madrid). «Me quedaba embobada viendo a las personas mayores jugar hasta que alguien me pregunto un día si quería jugar. Dije que sí y ahí empezó todo. Me lo pasaba bomba y me gustaba tanto que, cuando me portaba mal, el mayor castigo que me podían poner mis padres era no jugar a la petanca», recuerda.
En 2000 comenzó a competir en grandes torneos y, desde entonces, ha logrado 5 Campeonatos del Mundo de Petanca y 3 Europeos. «Cuando voy a algún campeonato, alucino cuando me piden un autógrafo, una foto o que les regale las bolas o el trapo para limpiarlas», reconoce la madrileña.
Cualidades de una gran campeona
Para llegar a lo más alto es necesario un equilibro entre diferentes cualidades. ¿Cuáles? «Precisión, fuerza y, sobre todo, cabeza. Es un deporte muy psicológico, muy pausado, en el que no haces grandes esfuerzos físicos, pero en el que tienes que controlar los nervios. Yo me considero una jugadora completa que puede arrimar, tirar o jugar de medio, depende de lo que el equipo necesite».
«Yo nunca viviré de la petanca. Lo tengo claro»
Aunque sea un deporte sin grandes esfuerzos, también se producen lesiones y más graves de lo que podría parecer, como asegura Yolanda Matarranz: «En un campeonato podemos tirar unas 300 bolas, a 700 gramos cada una, hacen un total de 210 kilos lanzados por torneo. Por eso, estoy bastante tocada de hombros, espalda y cervicales. Tengo afectadas las vértebras 4, 5, 6, y 7 y, en ocasiones, se me duermen las manos. También sufren mucho los bíceps y los tríceps».
Francia, el referente
«Yo nunca viviré de esto. Lo tengo claro», asume la mejor petanquista del mundo. En España existen 21.467 licencias -datos de 2014 del CSD-, mientras que en Francia, el referente, más de 300.000. «Allí hay jugadores que son profesionales y comen de esto y muchas partidas las retransmiten por Canal +. Yo trabajo 8 horas en Iveco -en el departamento de logística- y ellos 8 horas tirando bolas. Esa es la gran diferencia», subraya.
En un torneo tira más de 200 kilogramos
Yolanda Matarranz explica que este deporte le hace sentirse «única» y le proporciona «satisfacciones inigualables». Mañana se volverá a levantar a las 5.15 horas para ir a trabajar ocho horas y, por la tarde, a entrenar en un deporte en el que «me lo sigo pasando bomba. Como cuando era niña».
